De lo general a lo específico

  
  
Debo comenzar diciendo que no será fácil comprenderme, pero tampoco es factible intentar hacerlo, cada persona es distinta, simple y compleja a su manera; sí , somos una paradoja.

Existen distintos elementos de mi vida que agregan diferentes raciocinios a mi cabeza, siempre cuestionando el porqué sigo haciendo las cosas que hago; ¡Dios!, ¿porqué no es tan fácil dejarlo todo pasar?. Él no me contesta, ser omnipotente no lo obliga a dedicarme una respuesta directa, creo que el inventor del libre albedrío tiene ese derecho.
Sin embargo, en mi reflexión encuentro su lógica, muchas veces - o todas- incomprensible: "Así eres, así te hizo".

Claro, hay detractores que comenzarán a decir sobre el poder de cambiar las cosas; no se preocupen, tienen razón. Se llama reto de vida y otorga mucho aprendizaje.

Pero así como un perro tiene trazas de lobo en su código genético, es como concibo el hecho de que siempre regresan a mí la lluvia de emociones, pensamientos y recuerdos (chaquetas mentales, en resumen).

¿Por qué seguir pensando en algo que lo se para la distancia? -tan relativo eso - ¿Por qué el tormento de esa luna, canción y tragedia? (aquí es donde seguro no me entendieron) ¿Por qué creer que un par de horas son suficientes para soltar la verdad en un restaurante, bar o lo que sea? ¿Por qué esa ilusión - o ingenuidad -, que se siente por quien no te ve?

Porque así soy (¿somos?), las preguntas sin respuesta intrigan cada célula que poseo. Después de todo, creo que a lo que se le llama "ser humano".    
  
   

Rellenos y comentarios.

 
Hace poco (ayer) platicaba con Nad acerca de nuestro poco gusto por Apple, específicamente de iTunes y lo complejo que fue instalarlo en Windows Vista... en ese momento mi odio hacia Apple y Microsoft fue evidente. Pero como yo odio a todos los sistemas operativos por igual (en realidad son relaciones amor/odio porque cada uno tiene cosas que me gustan y/o desprecio), no tiene caso que esta entrada se enfoque en ese sentimiento negativo.

Así que me concentraré en contar una anécdota que ocupe espacio:

Hoy fui al trabajo, trabajé unas horas y regresé a casa a comer. Posteriormente me dormí, desperté y me puse a ver televisión. Vi "The Mentalist" y después de terminado, me dediqué a esta entrada.

Mmm...creo que no fue algo que ocupara demasiado espacio, ni siquiera creo que caiga dentro de la definición de anécdota, así que tendré que esforzarme por escribir algo más relevante.

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No, no pude. Así que esta entrada es sólo un relleno cuya parte más importante será un comentario acerca de la historia que conté en la entrada anterior:

Es la 2a de 3 historias relacionadas (hasta ahora la más larga ha sido "Julianne"), aún no tengo pensado mucho para la última pero quiero darle tiempo para no decepcionarlos. Espero encuentren los detalles que unen a los tres relatos, de cualquier modo no pienso dejarlos con cara de "¿Qué carajos escribió este güey?" pero tampoco voy a darles un mapa, sería un insulto a su inteligencia mis estimados lectores.

La verdad es que me gusta escribir cuentos que dejen volar la imaginación del lector, sí... es mi trama pero los detalles, situaciones, personajes... todo lo hacen ustedes.


Por lo pronto me despido, voy a leer algunos blogs.

 

Reflejo y redención



Ésta historia es como un deja vú para algunos de ustedes.
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Todo comenzó en este salón... mi llegada fue evidente, la conversación no se hizo esperar.

-Pensé que no vendrías.
-Pues... aquí me tienes.
-Increíble. ¿Pasamos?
-Después de ti.

La ceremonia comenzó, tenía cierto aire pomposo que incluso llegaba a fastidiar. La música era melancólica pero al mismo tiempo parecía ser del gusto de aquellos invitados petulantes con rostros hipócritas, pretendían estar satisfechos pero yo sabía que dentro de ellos se ocultaba una oscuridad latente. De algún modo mi comodidad personal se vio comprometida, tenía que salir rápido.

-No me gusta el lugar ni la gente, creo que sólo estaré aquí un par de minutos más.
-Acabas de llegar, ¿no crees que les parecerá imprudente?
-Sólo estoy haciendo acto de presencia, de cualquier modo muchos pensaban que no iba a venir... al igual que tú.
-Pero hoy es importante, lo sabes.
-Me conoces demasiado.
-Tanto, que me asusta.
-¿Por qué la sonrisa?
-¿No te gusta?
-Al contrario, me encanta cuando sonríes... sinceramente es lo mejor que le ha pasado a este deprimente lugar.
-No es tan malo, creo que estás siendo un poco cruel.
-Cruel o realista, no importa. Me largo.

No me di cuenta hasta ese momento que estábamos tomados de la mano, creo que es un movimiento involuntario que refleja el tiempo que llevamos de conocernos. Nos soltamos y salí del lugar, imaginando ingenuamente que quizá en unos minutos nuestros dedos se entrecruzarían otra vez. Al cruzar la puerta comenzó la cuenta, pero siempre resulto ser una persona tan débil que termino regresando un par de pasos.

-Sabía que cambiarías de opinión.
-Yo no he cruzado la puerta todavía, tú volteaste.

Sólo eso nos separaba, una puerta abierta. Podíamos vernos el uno al otro, frente a frente y sin obstáculo alguno. Era un momento perfecto.

Error.

Fue cuestión de segundos, el primer disparo silenció la música y llamó la atención de los asistentes dentro del salón. Mi reacción fue inmediata, tenía que entrar, separarnos no era una opción; Sin embargo, la puerta se cerró de golpe, sólo logré impactar mi rostro y manos en contra del frío hierro.

-¿Qué diablos está pasando?, Tengo que encontrar una forma de entrar.

Rápidamente traté de buscar otra entrada, tuve que rodear el edificio al menos dos veces, parecía impenetrable y entonces tuve que descansar un poco, respirar y tratar de aclarar mi mente.

-Debo llamar a la policía.

Marcar nunca me había resultado tan difícil, la desesperación se reflejaba en cada pulso del teclado, parecía que fuera a destrozar el aparato con el impacto de mis dedos. Expliqué el suceso a la operadora, la palabra "disparo" fue mencionada una y otra vez.
No podía esperar a la policía, entrar era impulsivo, ilógico. Alguien podría salir lastimado por mi culpa, sentía náuseas y vomité sobre el pavimento.

Más disparos.

Jamás había sentido tanta desesperación en mi vida, estaba ahí de pie, impotente. Finalmente las emociones predominaron sobre la razón; corrí hacia la parte trasera del edificio, algo me decía que en mis previas inspecciones algo había omitido, no me equivoqué.
Si empujaba con fuerza un contenedor de basura podría darme acceso a un ducto de ventilación que se encontraba a unos tres metros sobre el suelo, valía la pena el intento; el contenedor era bastante pesado pero finalmente pude colocarlo en una posición que me favorecía subir. Mi plan iba de maravilla hasta que descubrí un pequeño pero crucial fallo "¿Cómo diablos iba a quitar la rejilla del ducto?"

Traté de golpear y jalar la estúpida rejilla sin resultado alguno."¡Maldita sea!", las lágrimas corrían por mis mejillas... no podía terminar así. Abrí el contenedor en busca de algo que me sirviera de palanca, por fortuna (o milagro) encontré un pedazo de tubo de cobre, no parecía muy resistente pero era mi mejor chance. Logré remover el obstáculo con un par de golpes y de un salto ingresé al sistema de ventilación del edificio.

Estaba oscuro y reducido, pero pude arrastrarme poco a poco. A tientas trataba de encontrar el camino hacia el vestíbulo pero entre más tiempo transcurría mi pensamiento se enfocaba simplemente en llegar a una salida, comenzaba a sentir claustrofobia.

Una luz.
Mi salida.
Silencio.

¿Silencio? Cierto, sólo se podía escuchar mi respiración y el latir de mi corazón. ¿Cómo podía estar todo tan calmado? ¿No era una situación de rehenes? Mi mente francamente no sabía lo que estaba ocurriendo, miles de ideas trataban de hilarse sin éxito. Alcancé el final del pequeño túnel, llegué a lo que parecía ser una oficina.

Pude salir sin mayor contratiempo, bajé sigilosamente y cuando finalmente estuve en pie me dirigí hacia la puerta; antes de abrir traté de escuchar lo que me esperaba al otro lado, nada audible. Abrí la puerta con cautela.

Un pasillo.

Avancé poco a poco hasta el final, el pasillo debía conducir hasta el salón principal. Lo único que quebraba el silencio eran mis pasos sordos sobre el piso laminado. Asomé la cabeza para analizar el área.

Un salón vacío... una mancha roja al centro.

-Llegas tarde.

Reconocí la voz al instante, mi búsqueda había terminado pero las palabras emitidas carecían de sentido. Desde un rincón obscuro comenzó a dibujarse su silueta, su andar era tranquilo pero firme. Volvió a hablar.

-Llegas tarde.
-¿Qué ha pasado?
-¿Acaso no lo ves?
-Perdón, pero esto no tiene sentido alguno ¿Dónde están todos?
-Aquí sólo habían dos personas ¿no lo recuerdas?

En ese momento sentía que mi cabeza iba a explotar, una serie de recuerdos aparecieron ante mis ojos. Destellos cegadores que trataban de contarme una historia. Finalmente todo cobró sentido.

-¿Confesarás?
-Ya he llamado a la policía.
-Poético, la segunda vez que alguien hace eso.
-¿Dices que no soy el único al que le ha pasado?
-El segundo de tres. Y bien ¿cómo fue el inicio?
-Todo empezó en este salón... mi llegada fue evidente, la conversación no se hizo esperar. La discusión creció y finalmente enloquecí. Mis manos se habían manchado de rojo por primera vez.

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La "regla de la M"



Después de darles a conocer mi gusto por las mujeres gamer amantes de los juegos FPS (First Person Shooter. Algunos de ustedes tenían la duda, son  como Halo o Call of Duty), es mi deber el cumplir con mi promesa hecha a la blogger MnS a.k.a. "La oveja descarriada" ya que en mi entrada “Un sueño extraño y un perro…”, donde relataba lo que bien puede ser confundido con un sueño zoofílico (thanks Dexter), mencioné la "regla de la M", así que procederé a resolver su duda porque yo nunca hago promesas que no pueda cumplir (excepto si son personales, yo me chaqueteo las promesas a mí mismo como se me da la gana).  

Es cierto que si ya me conocen sabrán que alguna vez hice una entrada relacionada, pero les evitaré la molestia de hurgar en el pasado de este blog, ya polvoriento y lleno de escombro sentimental. Incluso le meteré cosas nuevas para su deleite; sí, soy un amor de persona.

"La regla de la M" es también conocida por mí como "El factor M" (aunque mejor dicho, es una derivación. Lo explico más adelante); describe la importancia o forma tan peculiar de que la mencionada letra aparece en mi vida. Era entretenido analizar a la gente que me rodeaba, encontrando una M que le diera significado a su relación conmigo en esta vida.

Principalmente tomaba en cuenta nombres, apellidos, mes o día de la semana de su nacimiento. En ese orden, por lo que una persona cuyo nombre comenzara con M tenía “más valor” que otra que hubiera nacido en martes. Casi siempre coincidía que una persona apegada tuviera un “factor M” alto y aquellas con las que tenía relaciones efímeras o sin mucha profundidad llegaban a tener valores bajos.

Como mencioné arriba, “la regla de la M” es una derivación, ya que sólo aplicaba para personas con las que yo tenía interés emocional más allá de amistad. No es que yo me pusiera en el plan de “Ah, no tiene M… ni madres”, por el contrario, era más un “Factor M, ¡peligro! ¡peligro!”. La regla determina que esa persona me marcaría emocionalmente.

A partir de lo anterior comienza la primera reacción: “Pero que estupidez”. La verdad es que sí, pero me divertía mucho y se juntaba con mi obsesión por el número 13. La letra M es la décimo tercera en el alfabeto.
   
Mi drama barato se llama Mayra, la conocí a los 13 años. Quizá la más importante representante de la regla.
De ahí las otras personas, una con apellido paterno Martínez, otra con apellido materno Maldonado y otra más nacida en marzo.

Obviamente hubo excepciones (como Tania, ya mencionada) o mi ex en el 2009, cuyo nombre curiosamente también comienza con T (give me a fucking break).

En la actualidad, ya no hago búsquedas exhaustivas de M en la gente. No niego que de repente sale la chaqueta mental que dice “¡mira, que coincidencia!”, pero es sólo para sonreír y no darle importancia. Una letra no debe definir a las personas ni las relaciones con las cuales me involucro, porque en ese caso mi futura novia gamer debería tener uno de los siguientes nombres*:

  • Mariana
  • Marion (si se apellida Raven, mejor)
  • María (con sus combinaciones tales como María Fernanda, María José, María la del barrio, etc.)
  • Micaela
  • Marcia
  • Martha (Higareda)
  • Montserrat
  • Marisol
  • Miriam
  • Maritza
  • Marise
  • Magdalena
  • Margarita
  • Martini (Vesper. Agitado, no revuelto)
  • Marabunta
  • McNífica (bien cocida)
  • Mascabel (sí, el chile)

 *Los nombres se me fueron ocurriendo, no tienen un orden específico.

Y la lista puede ser mayor, así que mejor así le dejamos. Además que ya con esto creo que queda bien explicado y la señorita Monse (ah, ironía) quedará satisfecha (y si no lo lee, alguien más lo hará).

Bueno, al menos estoy actualizando más mi blog ¿no?



De requisitos idiotas (casi)

 
 
Hola lectores de este blog, uno de los propósitos de este año será actualizar más la Lair. Quizá porque también tengo la misión de actualizar el blog de la empresa donde laboro así que debo acostumbrarme a estar siempre con la mente fresca para que fluyan ideas.

Claro está que no siempre las ideas que se publiquen en este blog serán interesantes, trataré de no poner mucha estupidez. Sí, un buen propósito que no se cumple con esta entrada.

Nota a [MnS]: prometo publicar sobre "la regla de la M", en serio.

Bueno, hace algunos días (compruébalo aquí) dije que quería una novia gamer pero creo que faltaría mencionar otros detalles:

Amante de los FPS - requisito importante. Las discusiones entre pareja deben solucionarse con un buen Deathmatch 1vs1, Instagib a 15 frags.

No debe ser fangirl de Apple, Windows, Linux, Google, Facebook, Twitter... - Todo con moderación. Conocer, admirar y odiar los puntos positivos/negativos de las empresas/SO/Social Networks evita discusiones idiotas que difícilmente pueden superarse con el punto 1.

Buena ortografía - CLAVE. No pido que sea la próxima ganadora del Pullitzer, simplemente que escriba bien.

Que le gusten las películas de acción, ciencia ficción y con zombies - nada más pesado que estar pensando "¿qué película vamos a ver?", muero por que un mujer me diga "¡Mira en esa película desmadran zombies, vamos... ahora!" (Porque matar zombies es algo cool ¿no? - si hace referencia a Left 4 Dead... le grito que la amo en ese instante).

¿Música? - no pido que sea una conocedora, si me sorprende con música nueva o "rara" está bien. Pero obtiene mi desprecio si sus ídolos son Wisin y Yandel (o derivados ¬¬).

En general debe ser tolerante a la tecnología, saber un poco de gadgets y saber de que hablo cuando menciono al CES, EGS (puntos extra si me dice ¡vamos!), Gizmodo, Engadget, Blogs y chistes geek.

OK, admito que la lista es un tanto estúpida pero se los advertí desde el principio...

No puse aspectos físicos por no verme muy superficial... pero si tienen candidatas, háganmelo saber para evaluar. De preferencia si lucen como Veronica Belmont ; ah, y si no creen que existan gamers amantes de los FPS que sean unos completos bombones... no conocen a Stevie "Killcreek" Case (posó para Playboy).