Locura

Bueno... ya era tiempo de publicar una historia. Espero les agrade.

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Comienzo el día con una sensación que antes no había tenido, no sé porqué pero me invade una felicidad estúpida que me obliga a sonreír por cualquier evento ocurrido, al tomar mi café o arreglar mi corbata, no importa. Subo al auto y al encender el radio no me molesta la canción cursi "éxito del momento" que está sonando.
Hoy no hay tantos carros circulando... "que buen día".

Llego a mi trabajo 10 minutos antes de lo acostumbrado y aunque siempre está antes que yo, me sorprende ver a mi jefe ahí en su lugar, con la mirada perdida hacia el infinito.
"¡Buen día Arturo!, ¿te encuentras bien?".
Arturo tardó en reaccionar pero finalmente respondió mi saludo.
"¿Qué tal? Eh, sí, estoy bien. Me quedé pensando en que hoy llega la nueva asesora de IT y creo que no preparé una junta apropiada para darle a conocer la empresa".
"No te preocupes, tengo una que podrá servirnos. La ajustamos y listo"
Así transcurrió parte de la mañana, colocando elementos y resaltando otros en una pequeña pero ilustrativa presentación.
"¿Cómo se llama ella, la nueva asesora?" - la pregunta salió de mi boca sin pensarlo.
"Maritza y... por lo que me han contado, creo que es atractiva"

Mentía... Maritza no era atractiva, era la mujer más hermosa que mis ojos habían visto. Lo descubrí justo cuando comenzó la famosa junta de introducción.
Mis ojos no podían dejar de verla mientras ella comentaba sobre algo relacionado con nueva infraestructura y políticas de sistemas... o al menos eso creo. Quedé fascinado con su persona, irradiaba una vibra muy buena y sus ojos... simplemente indescriptibles; estaba enamorado.

No quiero hacer un relato largo diciendo cuanta frustración sentí los últimos 7 meses tratando de encontrarme con ella "casualmente" en los pasillos, averiguando todo lo posible sobre ella; un día simplemente ocurrió lo inesperado... ella vino a mi lugar justo antes de la hora de comida, se paró frente a mí y me habló con una voz firme pero dulce.
"¿Se puede saber si me invitarás a salir algún día?"
Sonreí y con una especie de balbuceo (creo que fue algo peor) respondí que estaba a punto de hacerlo; al terminar el día nos encontramos en el estacionamiento... antes de decidir la logística de transporte, sin pensarlo comencé a soltar lo que durante tanto tiempo no pude decir...
"Pienso mucho en ti, en tus ojos, tu piel... pero sobre todo, pienso en tus labios y en lo bien que se llevarían con los míos..."

Silencio total.

"¡Estúpido!, ni siquiera ha comenzado la velada y ya estás arruinándola con tus cursilerías" - mi mente reclamó al instante.

Ella sonríe... me mira a los ojos, toma mi mano y se acerca a mi rostro, lo esquiva rápidamente... frotando su mejilla contra la mía, me susurra al oído:
"Pues imagina las maravillas que harían nuestras manos..."

Quedé estupefacto, no podía creerlo... inmediatamente ella puso su boca frente a la mía, nos besamos lenta y apasionadamente.
La euforia en mis cuerpo era evidente, querìa tomarla ahí mismo... sabiendo que era un lugar público nuestra excitación consumía cada célula; ignoro como nos movimos y encontramos un pequeño almacen vacío... vivimos un momento salvaje, enloquecedor... perfecto.

Desperté en mi habitación, ¿cómo había llegado? Busqué a Maritza a mi lado... no estaba. Supuse que se había ido a su casa, después de todo era jueves y el trabajo debía seguir.
Otra vez la sensación de felicidad, ahora sí conocía la razón; Me alisté rápido. No hay muchos carros... "tengo que verla" me dije.

Al llegar al trabajo me sorprendió lo vacío que lucía el lugar. Extraño. El edificio estaba completamente vacío, ¡ni siquiera había guardias de seguridad! En el lobby se sentía un ambiente pesado, hubo un instante en que todo en mi cabeza comenzó a dar vueltas hasta el punto en el que me hacía falta aire... caí inconsciente.

Cuando abrí los ojos, ahí estaban todos... mirándome con incredulidad mezclada con preocupación y miedo. Arturo me ayudó a incorporarme.

"¿Estás bien?" - me dijo.
"Eh, sí... ¿y Maritza?" - pregunté inmediatamente al notar que ella no estaba en el lugar, observando mi desgracia.
"¿Quién?" - la pregunta de Arturo heló mi sangre.
"Maritza, la asesora de IT... ¡vamos! ¿Ahora vas a fingir demencia?
"Irónico que esa palabra venga de ti..."
Arturo no terminó bien su oración, un par de hombres con una especie de bata blanca me tomaron de los brazos, un tercero inyectó un tranquilizante. Obscuro total.

Despierto en un cuarto de hospital psiquiátrico, nada de esto tiene sentido... tomo el pequeño espejo sobre la mesa junto a mi cama, el reflejo de mi rostro demacrado es escalofriante, pero hay algo más que llama mi atención... dentro de mis ojos la veo, a Maritza, sonriendo...

Todo da vueltas en ese instante, todo termina aquí… al menos eso es lo que ella dice dentro de mi...

6 comentarios:

Violetta dijo...

Una vez leí que siempre hay un poco de locura en el amor y un pco de amor en la locura ..o algo asi. el caso es que iban asi.

quien ama de verdad, con cada célula con cada neurona, con cada organo de su sersabe que el amor de verdad es asi irracional

Excelente historia. Un beso!

NayoBlogger dijo...

Mi estimado xeno, que buena historia.

Marthz dijo...

Y su nombre tenía que empezar con M...

:P

¡Te quiero! besos.

Xenomorph dijo...

@Violeta - Sí, algo hay eso eso en el amor y la locura... le diste otra perspectiva a mi historia =P

@Nayo - Gracias!

@Ñoña - Sí, con M... yo también te quiero!

La Alicia dijo...

Hmmmmmm... hmmmmm...

Algo le encontré de relación con cierta plática en cierto lugar a cierta hora entre ciertos amigos reales...

=P

Me gustó éso de los labios, desde q lo vi en tu twitter o en msn...

Y el nombre...

Besos amigo!!

El mecartistrónico dijo...

¿Por qué no puedo comentar en la de "Haciendo cambios"? ¿Es porque sabías que te iba a pedir una plantilla si te sale una clara chida que te sobre?
Pues ahora ya no comento nada de ésta tampoco.