Un día perfecto

Tengo en mi cabeza el inicio y fin, he planeado hasta el más mínimo detalle de lo que haremos justamente después de que llegue a casa de tus padres para recogerte. Sé que siempre pueden existir inconvenientes pero he rezado y elaborado complejos rituales con la esperanza de que nada nos arruine el día.

Es que te he extrañado tanto, el recordar que estés tan lejos y no pueda verte a diario me pone como loco... simplemente me lleno de nostalgia con tu recuerdo pero sé que estás en ese lugar porque te gusta, porque es parte de tu sueño y obviamente quiero que lo cumplas.

Cuando hablamos por teléfono y me dijiste que vendrías a pasar unos días en la ciudad no pude ocultar mi alegría, aunque sabía que debía ser paciente, primero verías a tu familia después del largo viaje y posteriormente podríamos salir para ponernos al corriente de todo lo que ha acontecido en nuestras vidas.

Primero un ligero desayuno en ese café que tanto te gusta, áquel con la terraza que posee una vista espectacular de la ciudad. He hablado para reservar la mesa 13, la única que está a pocos metros de las gerberas rojas que tanto admiras y siempre me recalcas que son tus flores favoritas.

Después iremos al parque donde pasamos la mayor parte de nuestra infancia, recorreremos un par de caminos y tomaremos ese pequeño sendero que nos llevará a nuestro rincón secreto, donde adorábamos escondernos y platicar durante horas de todas las travesuras que hacíamos, ahí hurgaremos en el agujero del viejo sauce, para encontrar el libro de poemas que robamos de la biblioteca escolar... desde que te fuiste lo envolví en plástico para conservarlo, no quería que nuestro tesoro se enmoheciese.

Un par de anécdotas y poesía nos abrirán el apetito, siempre es así... así que iremos con Doña Queta para que nos prepare las mas deliciosas enchiladas de la ciudad, extra pollo para tí.
Ahí en la fonda dejé desde ayer nuestras viejas bicicletas, para que podamos dar otro paseo hasta el monte donde se encuentra la pequeña capilla, debo confesar que he estado practicando porque estoy seguro que me retarás para ver quien llega primero, ésta vez no me ganarás.

Nos sentaremos y esperaremos el atardecer poco a poco, mi mano se acercará a la tuya y me darás esa sonrisa que tanto me fascina, tus ojos brillarán pero luego tu mirada se transformará en el veredicto que siempre me has dictado, así que como en otras ocasiones, desistiré.

Finalmente regresaremos a tu casa, antes obviamente compraremos nuestros ya obligados tamales de dulce y el delicioso champurrado, recapitularé las cosas buenas y carcajadas del día y te agradeceré el que pudieses compartir tu tiempo conmigo después de tu larga ausencia. Cerraremos con un tierno abrazo para marcar el momento de la despedida.

Para muchos sonará como un día muy simple pero contiene esos pequeños detalles que te agradan y te hacen feliz, lo sé porque te conozco.

Sí, así he imaginado todo pero ahora que abro los ojos me doy cuenta del lugar en donde estoy... tu nombre grabado en piedra se hace evidente. Dejo caer la rosa que estaba en mi mano y al mismo tiempo mis ojos se ahogan en lágrimas sabiendo que desde hace ya más de un año mi plan nunca se llevaría a cabo, que ahora ya es imposible vivir contigo ese día perfecto.

1 comentario:

La Alicia dijo...

Por que? Por que es imposible??

Ahhhhhh.... dímelooo jajajaja

Beso real!