Mi carta...

 
Querido blog, perdóname.

Perdón por el gran abandono en el que te he tenido, sé que siempre vengo con la promesa de regresar y plasmar mis pensamientos en ti más seguido, pero ya has notado que resulta ser una tremenda y horrible mentira.
Puedo decir que estoy pensando en una historia, quizá no sea muy alejado de la realidad pero ya me conoces, odio estar publicando relatos tan seguido... debo dejar a mis lectores con la incertidumbre de ¿qué putas escribirá la siguiente vez?

Me gustaría compartir una anécdota graciosa, sin embargo mi vida no resulta ser tan llena de situaciones poco ortodoxas... podría inventarlas pero la conciencia me punzaría cada noche; quizá me pedirás que al menos venga a depositar un pequeño fragmento de alguna noticia, ambos sabemos que no estás hecho para tal atrocidad; Tú fuiste concebido para reflejar la parte humana de mi ser, hasta ahora has cumplido el propósito. Publicar una noticia sería darle importancia al mundo, pero el mundo puede esperar.

Eres también mi depósito de quejas acerca de conciertos o la euforia provocada por los mismos, últimamente no ha habido alguno al que yo haya asistido... pronto vendrá Emilie Autumn, tendrás que esperar entonces.

¿Cómo solucionar querido blog el problema que hoy nos envuelve? ¿Sabes que ya es agosto? ¿Sabes que se acerca el día 21? No, no pienso hacer más mención que la que ya evidentemente he realizado... no lo merece y francamente sería una pérdida de tiempo, un gasto de palabras. Además, seguramente sería una típica historia llena de melancolía que pocos entenderán y sobre todo, ella no leerá.

No te puedo escribir acerca del amor porque no estoy enamorado, quizá emocionado por alguien pero no la mencionaré, es una situación que debe quedarse dentro de mí. Sí, es miedo que la persona involucrada se llegue a dar cuenta... miedo y REALIDAD.

¿Quieres que te platique de mis planes? Son pocos y algo privados, no quiero cometer algunos errores del pasado, ésta vez debe ser seguro. La confirmación.

Puede parecer que entonces no hay mucho que yo pueda hacer por aquí, pero estoy encontrando más tiempo para leer, despertar mi imaginación de ese letargo en el que se encuentra. Sí, son los momentos cuando deseo ser aquél mocoso púber que traía en su cabeza las aventuras fuera de éste mundo, dragones y batallas épicas cuyo final era recompensado con... frustraciones y diálogos razón vs. emoción.

Aunque no lo creas, estimada "Lair", te tengo una sorpresa que espero justifique todo lo malo que ha pasado entre nosotros durante mi ausencia... ¿recuerdas los números capicúa? Adivina, ésta carta es tu entrada número 101.


Gracias querido blog, en serio... volveré pronto.